Neus Moya, la «podoinfluencer» del calzado respetuoso, da un paso más de la mano de Koops

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La podóloga Neus Moya (derecha), junto a la ingeniera industrial Paloma Vega-Penichet.
La podóloga Neus Moya (derecha), junto a la ingeniera industrial Paloma Vega-Penichet. Cedidas

Se sumó al proyecto que lidera Paloma Vega-Penichet para sacar al mercado una nueva marca de zapatos que favorezca el desarrollo natural del pie de los más pequeños, pero promete seguir haciendo testeos (¡y ya van más de mil!) de otras firmas así como opciones «low cost»

09 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Mientras su gran ilusión de formar parte de una nueva marca de calzado respetuoso para niños sufría su imprevisto y tenía que esperar todavía unos días más para hacerse realidad, Neus Moya seguía adelante con un día a día que, a tenor de sus redes sociales, parece no tener fin. Entre consulta y consulta, la podóloga con más de medio millón de seguidores en Instagram sacó tiempo para ponerse delante de las cámaras de seis cadenas de televisión para explicar qué es el neuroma de Morton, la dolencia que la reina Letizia puso de actualidad el pasado 18 de abril al realizar sentada en un taburete el besamanos previo a la cena de gala de la visita de los reyes de los Países Bajos a nuestro país. «Es súper doloroso, pero con haber optado con un calzado tipo barefoot que no le comprima y que no tuviese tacón, hubiera podido estar de pie», explica la podóloga. 

Los medios de comunicación recurren a ella porque pocos especialistas han visibilizado tanto (y tan bien) en los últimos años la podología en general y el mundo del calzado respetuoso, sobre todo el de los más pequeños, en particular. Y eso que llegó a la profesión tras un par de traspiés en el camino. «Empecé Farmacia y lo dejé. Me metí en Enfermería y acabé la carrera, pero después de estar un año trabajando me dije: "esto no lo aguanto". Y empecé podología. Cuando nació mi hijo mayor fue cuando descubrí la pasión por la podología infantil», comenta. 

Cuando el mundo se paró en seco con la llegada de la pandemia del covid, Neus Moya empezó a utilizar su cuenta de Instagram para divulgar sobre los beneficios del calzado respetuoso. «Me daba coraje ver que el mensaje que mandaban ciertas marcas iba dirigido simplemente a vender más: "si vendo un zapato cuando el niño gatee o empiece a caminar, mejor para mí". El comienzo fue difícil. En mis primeros directos le pedía a mis padres que se conectasen porque no los veía casi nadie», asegura entre risas. «No doy consejos, doy información. Y  me quedo satisfecha de que las madres y padres puedan tomar sus propias decisiones dejando de lado el márketing», añade.

Cuatro años, mil testeos de calzado y medio millón de seguidores después, la podóloga especializada en infantil ha visto cumplido uno de sus sueños con el nacimiento de Koops —el nombre viene de la unión de las palabras inglesas cool (genial) y steps (pasos)—, una nueva marca de zapato respetuoso con estética urbana que vio la luz el pasado 22 de abril. «Me contactó el equipo porque necesitaban asesoramiento y me pidieron que me integrara. Todo lo que tiene que ver con la funcionalidad del zapato, la horma o la confección ha pasado por mí. Y Paloma Vega-Penichet, que es ingeniera industrial, aporta la parte científica que tan bien nos viene», relata. El calzado de Koops es sostenible, elaborado con materiales veganos, con una suela flexible y fina de 2,6 milímetros y de caja para dar mayor durabilidad, tiene una puntera anatómica que permite el libre movimiento de los dedos y carece de drop (diferencia de altura entre la parte delantera y trasera). «Hemos optado por la caja alta por dos motivos. El primero es por el valgo. En niños pequeños el pie cae hacia dentro. No es algo que haya que corregir ni enderezar, pero cuando hay zapatos muy blandos, el pie los deforma y se agudiza ese valgo. La suela de caja lo evita. Y segundo, sirve para que no haya necesidad de fertilizar ni reforzar en patologías que necesitan del uso de plantillas», explica.

Su primer modelo, Milo, tiene un sistema de regulación con velcros, pero pronto saldrá otro con cordones. «Sobre los cinco o seis años pueden aprender a usarlos y en el momento que sepan, el sistema de ajuste es más precioso», puntualiza. Aunque en un futuro esperan hacer también calzado para adulto, por el momento cuentan con tallas de las 24 a la 31 a un precio de 62 euros. «Le he dado vueltas al diseño de la horma y lo he modificado tropecientas veces porque quiero que favorezca la adaptación a los niños que nunca han usado este tipo de calzado. En una reunión, el hormero me escuchó muy atento y cuando terminé de hablar me dijo: “A ver si estoy entendiendo bien. ¿Estás hablando de un cambio de un milímetro?”», explica sobre su grado de perfeccionismo

Koops es su marca, pero Neus Moya tiene muy claro que continuará dando a conocer a través de sus redes sociales marcas nuevas y opciones low cost que cumplen los requisitos del calzado respetuoso para permitir que el pie de los niños se desarrolle de una forma natural, como si nunca hubiesen llevado zapatos. «Me parece importantísimo. No todo el mundo puede acceder a zapatos con estos precios y hay opciones baratas que son perfectamente válidas. No es competencia, todas sumamos y colaboramos en un movimiento que se preocupa por la salud del pie», afirma convencida. 

Zara, Decathlon, Carrefour, H&M, Nike… son algunas de las marcas que se han sumado a este movimiento y están sacando al mercado modelos de calzado barefoot, minimalista o respetuoso. «Cada vez hay más, sobre todo para niños, y eso es un gran avance. Pero hace poco Zara ha sacado un modelo (lo hay en color blanco y también en negro) para adultos. Los tengo guardados porque es historia. ¡Es el primer zapato minimalista para adultos de una gran marca como Zara!», exclama con una emoción que contagia.

El camino para intentar hacer calar el mensaje de la importancia de la salud del pie ha sido (y sigue siendo) largo y complejo, pero Neus Moya tiene cuál fue el momento que supuso un punto de inflexión. «Fue hace casi un año. Tengo la sensación de que cuando Cristina Pedroche empezó a hablar de calzado minimalista, de los problemas que tenía en sus pies, los beneficios que le aportaba… se disparó. Nadie de su envergadura había hablado de calzado respetuoso y el hecho de que abogue por el cuidado del pie va a ser un antes y un después», sentencia. Sin embargo, reconoce que todavía queda mucho por hacer. «Cuando voy a charlas, las que hay sobre lactancia, sueño infantil, rabietas… están llenas y las de calzado, todavía cuesta», reconoce. Aunque no es de las que suele fijarse grandes retos de futuro, sí que le gustaría conseguir que en las zapaterías se estableciera una escala sobre la idoneidad o lo perjudicial que puede ser un zapato. «Se sabe que los hay dañinos y se sabe cuáles son. Si con los alimentos más o menos se ha conseguido, ¿por qué no en el calzado?», reflexiona. Una meta más en el largo camino de la podoinfluencer del calzado respetuoso. Paso a paso.